domingo, 8 de agosto de 2010

Mis Carencias, Esa Gran Desconocida

Llevo unos días pensando sobre este tema y lo que es más, con ganas de escribir sobre el mismo para que, equivocadamente o no todo el mundo sepa lo que pienso; y que vaya de antemano que no tiene que ser compartido, pero como da la casualidad de que este blog es mío, y lo utilizo precisamente para publicar lo que pienso con independencia de que sea leído o no, pues ahí va.

En el momento cero de la vida, cuando Dios decide que somos nosotros los que tenemos que nacer, tendría que mandar a un Arcángel para que nos presentase a esa gran desconocida, a la cual muchos no tendremos el gusto (o el disgusto) de conocer, pero que sin lugar a dudas, el saber al menos de ellas, nos haría incluso mejores personas, y digo el disgusto porque ya se sabe que el que te muestren tus carencias es algo que sinceramente no gusta a nadie, y estoy seguro que somos tan egocéntricos que seríamos capaces de discutirle al Altísimo en el mismo día del Juicio, sobre lo que nos recrimine.

A estas reflexiones he llegado por un par de asuntos que sinceramente en la última semana me han tocado la nariz y que casualmente está relacionado con el mismo mundo, cosa lógica porque casi se podría decir que es mi "hábitat natural". Lo primero que me encuentro es un "Director" o "responsable" de una publicación que se ha creído el Responsable de Contenidos de Interviú, con capacidad moral y funcional para corregir, cambiar y mutilar artículos tal y como le viene en ganas, por el simple hecho de estar fuera de su "criterio" y entrecomillo la palabra criterio, porque sinceramente, me gustaría saber cual es el de este personaje, que aparece y desaparece, te encumbra y te niega el saludo, con la misma facilidad que un camaleón tienen para camuflarse de lo que le da miedo... Nadie es nadie, para corregir y cambiar el artículo que una persona envía a una revista para que se publique, como responsable de esa publicación, en un caso determinado, podrá decidir o no si se incluye, podrá elegir el lugar en el que va publicado, la maquetación o el espacio que ocupará en la revista (eso si tu Consejo de Redacción no te lo ha dictado antes), pero cambiar un artículo de alguien es algo, que muestra las carencias de este responsable hasta el punto, que vocea a los cuatro vientos de que no está preparado para realizar esa labor, y lo peor es que no sabe reconocerlo; porque si lo hiciese pediría ayuda, escucharía opiniones y no lo haría mal. Por desgracia el resultado de su actitud y aptitud nos llevan a tener una revista mediocre, por muy bien maquetada que está por la acción de profesionales ajenos a él, aunque este tema también podría ser discutido.

El otro de los casos que me ha llevado a esta reflexión ha sido el ver en Artesacro.org la carta de dimisión del Director de la Banda de Música de Huévar del Aljarafe. Algo patético. El simple hecho de ojearla nos muestran la realidad de una persona, que lo último que conocerá en esta vida son sus carencias, el texto es de una calidad tan pésima, que hace mediocres sus marchas (siendo mediocres, para esas "composiciones" un calificativo bastante alto), El problema en cuestión es que que este caso es aún peor que el anterior, porque este señor se cree referente de la música procesional, empañando el papel que otros grandes músicos han hecho durante toda la historia, desde aquí Martín Salas, te animo a que sigas al frente de la Banda de Huévar, pero que te quedes ahí, que nos sigas componiendo, que lo haces mal, muy mal, que tendrías que hacer realidad la promesa que hiciste a ese profesor tuyo cuando te otorgó el título de Grado Medio en Bollullos del Condado, y si lees esto sabes a que me refiero.

Para terminar lo haré con una máxima que me enseñaron cuando pequeño, "Todos somos buenos, mientras sepamos hasta donde debemos llegar"


No hay comentarios:

Publicar un comentario