sábado, 3 de noviembre de 2012

De Capotes Ilusiones y Muletas


No hace mucho tuve la suerte de compartir un almuerzo, con uno de esos taurinos, que te hacen disfrutar con cada uno de sus gestos, uno de esos aficionados, mayores, que demuestran su pasión  por los toros con cada una de sus palabras y es que en el caso que nos ocupa don Francisco podía estar hablando de política o de religión, o del tiempo y en cada una de sus expresiones se le notaba su pasión por el mundo del toro me hizo ver lo cierto que era lo que enunciaba Juncal “…En el mundo, todo gira en torno al toro; los pintores para pintar faenas, los médicos a curar toreros, los arquitectos a hacer plazas de toros y las mujeres a amar a los toreros…”
                Pero de mi disfrute con don Francisco, no sólo queda los recuerdos con la admirada serie dirigida por Jaime de Armiñán y protagonizada por un Figura como Paco Rabal, ese día tuve el acierto de hablar poco para escuchar mucho y entre todo lo bueno que me contó me quedo con lo  especial que éramos los taurinos, un taurino es un ser especial, capaz de hacer cosas que jamás nadie piense,  y uno es taurino desde que se levanta por la mañana y se viste hasta la él último de los saludos que da en la tarde, desde que nace hasta que muere  para muestra un botón qué persona es capaz de pararse delante de una becerra con 60 años, sólo alguien que ama esta fiesta con toda su fuerza.

Llevo varios días rumiando  mi conversación con don Francisco  para llegar a la siguiente reflexión; y es que si tan especiales somos los taurinos, hasta el punto, de ser la razón de nuestras vidas qué sentirá un chaval que decide hacerse torero, que aleja todo de su vida, para comenzar junto con su capote y su muleta un largo camino, que en estos momentos no sé si es más largo que duro o viceversa , camino de tentaderos y tardes de escuela, camino de triunfos en ganaderías duras y sustos, camino de gente que se te cruza en tu camino y que en mucha ocasiones juega con las ilusiones de un torero para cambiarlas por dinero, ¿qué siente un maletilla? ¿ o un becerrista? ¿Qué siente un novillero en su primera corrida con caballos? ¿Qué se siente el  día alternativa? ¿Y qué se siente en una mala tarde? La verdad no lo sé, sólo un torero lo sabe y estoy seguro que no sabe explicarlo, porque para explicarlo hay que sentirlo hay que ser taurino y además se capaz de cargar la muleta en la izquierda y ponerse delante de un toro bravo, el animal más bonito del mundo sin lugar a dudas; pero que tiene un veneno en los cuernos un veneno especial que cuando te lo clava estás perdido, porque jamás podrás sacártelo, y vivirás siempre por este mundo y para este mundo disfrutando del toro dentro y fuera de la plaza amándolo, disfrutando con cada berrido con cada muletazo , emocionándote con su muerte y admirándolo en su indulto.