domingo, 14 de noviembre de 2010

Los Vicios Ocultos

Vuelvo a estar aquí delante, de este amigo que nunca falla, de este amigo cuya mejor virtud es escuchar y no decir nada, dejarte pensar, reflexionar... sobre todo esto último reflexionar, porque si quieres que alguien te diga algo con sinceridad lo mejor que se puede hacer es no decirle nada, lo mejor que se puede hacer es mirarlo con sinceridad y guardar silencio.

La realidad es que no soy persona a la que defrauden con facilidad, ya que aunque tengo como defecto o virtud (no sé la verdad) el entregarme rápido a la gente, también tengo que decir, que siempre o casi siempre espero lo peor de ellas, eso sinceramente si es una virtud, ya que al final cuando te fallan no te hace tanto daño y si no te fallan, pues es algo que te encuentras como un regalo y hay que disfrutarlo.

No obstante hay gente que te termina sorprendiendo, hay gente de la que te esperas lo mejor, y resultan ser lo peor, gente vacía que por mucho que lo intentes y por mucha "fachada de Aníbal González" cuando entras en su interior no te encuentras más que un local derruido y para colmo te encuentras alguna que otra prueba de que el edificio tampoco es de Aníbal, sino de un Albañil al que le gustaba su estilo e intentó imitarlo usando barro cocido para hacer molduras, con una terminación poco más que correcta. Y lo que sucede con la construcción, aparecen los vicios ocultos... Los vicios ocultos son todos esos defectos que nos encontramos en el edificio y que se van descubriendo poco a poco con el paso del tiempo... humedad, grietas... los vicios ocultos son por desgracias muy comunes aún cuando el edificio te diseña el mejor de los Arquitectos, así que tenemos que imaginarnos que estos se multiplican por mil cuando un Peón de Albañil juega a ser Arquitecto, los vicios ocultos son peligrosos ya que de no ser tratados con celeridad pueden incluso derrumbar el edificio, y lo que es peor aún, pueden producir daños colaterales a vecinos, pueden producir daños a terceros.

Cada uno es libre de ser lo que quiera y de hacer lo que se quiera, pero hay que ser consecuente con uno mismo y con los demás, no se puede ir por la vida con mentiras y más mentiras, haciendo de la falsedad una realidad de la que es imposible salir, y lo que es peor aun para salir hay que hacer daños a terceros, que no han querido nunca entrar en esa espiral.

A mi me gusta mi casa, tal y como es, blanca, de pueblo, de ningún arquitecto, es como la soñaron mis bisabuelos y como la remodelaron mis abuelos y como la han mantenido mis padres, de vez en cuando en mi casa también aparecen vicios ocultos, pocos pero aparecen pero siempre intento hacer lo que me han enseñado mis padres arreglarlos sin perjudicar a nadie, de nada me sirve derruir la casa del vecino para arreglar la mía, porque al final me quedaría sin vecinos...

En fin que esto es lo que me se ha apetecido escribir un alegato a la amistad o mejor dicho a las personas... y por cierto siempre hay tiempo de arreglar la casa si se tiene voluntad y un buen arquitecto que te lleve el proyecto.