martes, 30 de abril de 2013

Aclaraciones: Entre la grandeza y lo ínfimo



Creo saber, que el anterior artículo, ha despertado cierta expectación, y por ello me gustaría aclarar varios asuntos. En primer lugar dejar claro que yo hablo por mi boca, y bajo mi responsabilidad, ni hablo por nadie, ni quiero que nadie exprese su opinión escudándose en lo que yo pienso, hay que ser valientes para independientemente de estar a favor o en contra, decir sin parapetos lo que cada uno piensa.

Aclarado esto, indicar sólo dos cosas. En primer lugar que el título hace referencia, a la Grandeza de la Hermandad de Consolación, que sabe estar por encima de todo tipo de circunstancias; y lo ínfimo es aquello que rodea a mi pueblo, circunstancias que llevan a ciertos colectivos a amenazar y coaccionar a personas, para conseguir sólo lo que a ellos le interesa.

Para terminar me gustaría decir que el artículo sólo hace referencia a don Antonio Romero, cuando se refiere al Pescador, porque creo que el Párroco de Carrión tiene que estar con la Hermandad siempre, eso sí, también creo que el Párroco tiene que respetar a sus superiores, por eso, es posible que el acudir o no acudir al acto que el artículo hace referencia, no sea su responsabilidad, si desde el Palacio Arzobispal se lo han indicado. Y es a esto a lo que me refiero cuando hablo de que la Iglesia ha tratado la problemática de Carrión con ambigüedad, porque desde Palacio Arzobispal se tendrían que tomar medidas contra todo lo que sucede en Carrión, pero además de una forma tajante y cuando digo todo, es todo y para todos. Yo no temo a la legalidad, por eso quiero que se cumpla; y la Iglesia no puede estar para decirle a mi párroco, don Antonio, que no vaya a un acto u a otro.

En el mundo de las hermandades todos sabemos quien marca las reglas y todos estamos obligados a cumplirlas, eso si, creo que también todos tenemos derechos a hacer críticas constructivas y desde la obediencia. 

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